Abuela —La avalancha avanza como un gran caribú blanco y sagrado, embistiendo todo a su paso sin compasión.

Omuk —Corran, que no tienen tiempo para seguirme escuchando y viendo a la vez. Cuando corran me seguirán escuchando como viento, como los vientos alisios del este, los que hacen girar las frialdades del mundo, y tanto se alejen, tanto me meto dentro de ustedes, porque cada uno de esos vientos soy yo, yo soy su piel, yo soy sus dedos, yo soy sus manos, yo soy su antes y ustedes mi después, porque yo soy su abuelo.

El abrigo, Erika Torres

Hace ciento veinte años el novelista Jack London escribió la historia final de Koskoosh, habitante del Canadá que debía esperar la muerte en un desolado paraje luego de haber disfrutado una vida plena entre la gente de su tribu. En 2021, Erika Torres y Luis Martín Solís, notables creadores escénicos mexicanos, llevan a escena una historia similar, El abrigo, mediante el video-teatro, en esta época oscura en que las personas mayores han de sobrellevar el estigma de la vulnerabilidad dentro de una sociedad que aún se cree dividida por privilegios de edades.

En su nueva creación escénica, Solís lleva al video la historia de Omuk, un hombre que habita en el ártico y que, en vista de su avanzada edad, se decide a sacrificar su vida por el bien común de la tribu.

Después de escenificar óperas cómicas como La Cenerentola y otros montajes escénicos de contenido lírico como El Sombrerón, Solís entona el lúgubre relato de Erika Torres sobre un anciano y enfermo cazador que recorre en caravana, con su clan, heladas inmensidades. En un acto de amor, para no interrumpir el avance de la caravana, Omuk decide quedarse en un sitio que corre el riesgo de ser sepultado por una avalancha.

El escenificador de El abrigo resume así su puesta en escena: “En ese rito de desapego que es la muerte, Omuk dialoga con la abuela milenaria, esa abuela arquetípica que guía a las tribus, y con las viejas hechiceras. Al estar acompañado de sus antepasados y de sus recuerdos, hay una aceptación total de la muerte y de su continuidad en la naturaleza”.

Para interpretar a los personajes de este sombrío relato, Solís convocó desde junio de este año a personas de la edad mayor que interpretasen a Omuk, la abuela y otros personajes que intervienen en el drama.

La respuesta a la convocatoria fue amplia y el 18 de septiembre fue estrenada la obra en el sitio de Facebook del Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato, con las actuaciones de Manuel Banegas, Sylvia Pérez Campuzano, Gerardo Solano Melgarejo, Olga Cruz Gallardo, Arturo España Jiménez, María Bernardina Juárez, Lourdes Aguayo, Noemí Chávez y Chío Vázquez Gutiérrez.

Ulises Martínez compuso la música original y Alberto Santiago hizo la edición en video de la puesta en escena dirigida por Luis Martín Solís sobre el texto de Erika Torres. La autora acota que El abrigo forma parte de la trilogía Anticuario, que habla sobre la vejez en diferentes épocas y culturas.

Para realizar esta obra de video-teatro, el director Solís trabajó en sesiones vía Zoom con 20 personas que respondieron a la convocatoria, ubicadas en la Ciudad de México, el Estado de México, Guanajuato y Veracruz. La obra se produjo con la beca del Sistema Nacional de Creadores de Arte que le otorga a Luis Martín Solís el Sistema de Apoyos a la Creación y a Proyectos Culturales (Fonca), y la colaboración de Contenidos Artísticos.

La convocatoria atrajo a personas de la edad mayor que nunca habían participado en obras teatrales, como el protagonista, Manuel Banegas, de 80 años de edad, quien testimonia: “Soy médico veterinario. Durante la pandemia me despidieron de mi trabajo y me angustié muchísimo. Cuando vi la convocatoria de teatro para la tercera edad, se me fue el aliento. Pensé: qué maravilla que se fijen en los viejos porque tenemos mucho que dar. Y ha sido una experiencia que me ha permitido revivir, rejuvenecer”.

Otra participante en el proyecto es Olga Cruz Gallardo, con 68 años de edad, quien después de dedicar 30 años de su vida a la docencia, ha tenido que lidiar con el cáncer que le detectaron tanto a su esposo como a su hija. La antigua docente declara: “Logré meterme en el personaje de abuela milenaria y, entre más lo repito, lo entiendo mejor. Ella, con sus consejos y su sabiduría, quiere hacer del trance de la muerte una experiencia tranquila, donde Omuk logre trascender. Le dejé a la abuela milenaria toda la carga emocional que traía guardada. Me ayudó a ver las pérdidas de diferente manera”.

Desolada y amorosa, esta obra trae a la memoria el importante vínculo que nos une no sólo con nuestros abuelos a nivel personal, sino como seres humanos con todas las personas que llegaron al mundo antes de que naciéramos, y que le dan un sentido pocas veces apreciado a nuestra vida en comunidad.

La obra de videoteatro El abrigo dura poco más de 25 minutos. Puede verse en el sitio de Facebook del Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato

Escritor, promotor de arte y cronista aficionado de absurdos sociales.