Por  Anel Flores Cruz //

Su nombre artístico es Mare Advertencia Lirika, su nombre de pila no lo usa, no fue el que ella eligió, “es un nombre oficial”. “Mare es la persona que en realidad soy ahora”, expresó cuando le cuestioné.

La reciente escena del rap en Oaxaca como parte de la cultura del hip hop se muestra con propuestas de denuncia, “rap de conciencia, contestatario o revolucionario”. Más allá de ser un movimiento artístico, Mare, de 26 años, cuestiona el sistema social hegemónico y el abuso de poder en la política mexicana. Dice lo que mucha gente piensa.

Experimental prole es el nombre de su segundo disco como solista. Su música le ha permitido presentarse en varios escenarios del interior del país como San Luis Potosí, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, Puebla, Guerreo, Estado de México. Mérida, Veracruz, Tamaulipas, entre otros. Fuera de México participó en un festival centroamericano de hip hop femenino en Guatemala y en una gira por algunas entidades de Estados Unidos como Wisconsin, Illinois y más recientemente Filadelfia, Nueva York y California.

Con una actitud lúcida sobre su infancia y adolescencia, Mare expresó en entrevista que su entorno constituye la persona que ahora es. El tema de la migración de su madre y padre, provenientes de la Sierra Norte y más tarde el fallecimiento de su padre y la cercanía con la vida política de una colonia en construcción en la ciudad de Oaxaca, en donde ella creció, fraguaron su sentido identitario.

 

“El rap me dio libertad”

 

La  adolescencia le permitió encontrarse primero con el graffiti y después con otras expresiones de la cultura del hip hop, como el rap. “Cuando comencé a  escuchar el rap sentía que le daba sentido a lo que quería expresar, me relajaba, me sentida identificada. Ahí fue donde yo encontré la identidad que no había encontrado en otros lados, me dio sentido de pertenencia y libertad”.

“’Te gusta el rap, ¿quieres formar un grupo?’ O algo así decía el flyer. Un amigo me llevó a ver de qué se trataba y así conocí a Dj T-Bear el único dj de tornamesa que había en Oaxaca en ese momento”.

“Yo llegué ahí con letra ya escrita, él me puso un beat y me dijo ‘a ver, canta lo que tienes ahí’ y de juego en juego me preguntó ‘¿No te gustaría formar un grupo?’ Fue un shock para mi familia. Yo fui muy ñoña, con las mejores notas, para mi mamá siempre fui la hija perfecta, era el ejemplo de la casa, cuando ella se enteró pensó que era como estar en pandillas, me decía ‘seguro vas a dejar la escuela’, ‘seguro te vas a meter drogas’. Fue difícil que ella lo aceptara, pero siempre me apoyó”.

Mare formó parte del grupo de rap OCG, considerado el primer grupo de rap en Oaxaca. En ese año no había escenas para el rap como ahora. “Muchas presentaciones fueron en eventos de rock, incluso participamos en un concurso y  quedamos en cuarto lugar. Eso fue para mí reconocer que se estaba haciendo algo bueno”. A partir de entonces, OCG y más tarde Mare Advertencia Lirika comenzaron a abrir camino en la escena  independiente. “Ahora ya hay una escena del rap en Oaxaca”.

— ¿Cómo comenzaste a escribir la letra de tus canciones?

—Yo empecé a escribir porque escribía poesía de protesta. A mí me gustaba la idea de la denuncia, de decir lo que estaba sucediendo, porque ya me había hecho consciente de lo que acontecía, cómo no alcanza el dinero, cómo te ven distinto. Empezaba a escribir cosas que tenía que ver con la realidad que estaba viviendo.

— ¿Cómo se vive la escena de rap para las mujeres?

—En la actualidad hay pocas mujeres, pero en realidad ha crecido mucho la escena para nosotras. Hay estados que de lo bueno que sobresalen son las mujeres.

“En un principio para las mujeres fue difícil, platicando con pioneras coincidimos en que no había espacio para mujeres, solo nos daban espacios para abrir o nos decían que éramos raperas por ser la novia de alguien o porque queríamos ligarnos a alguien.

Por mi parte, cuando yo inicié no sentí diferencia porque en realidad la situación en Oaxaca fue distinta, no había espacios para hombre ni para mujeres, no había nada, comenzamos de cero y nos daba esa sensación de que debíamos en conjunto hacer crecer esto como estructura”.

 

“No me considero feminista pero tengo conciencia de género”

 

—¿Qué te hace diferente en el mundo del rap?

—Quizá que tengo una conciencia de género por todo lo que me tocó vivir; hay una cuestión sistemática que nos está presionando y limitando. Hay algunas personas que me abrieron las puertas pero lamentablemente en este ambiente también te encuentras con alguien que te tacha de que te quieres acostar con alguien o que eres la bailarina.

—Considero que con la letra de tu música te vuelves un nuevo referente para muchas mujeres, ¿qué opinas de eso?

—Creo que ha sido como devolver algo, una cosa que me dio el rap es un sentido de pertenencia y una voz desde mi adolescencia, que es cuando más te bombardean con la idea de que tiene que ser de cierta manera, las novelas, las historias de amor, etcétera. En ese momento que no sabía para dónde hacerme, el rap medio identidad y ahora es como devolver esa voz dándole sentido a otras personas.

“El rap me ayudó a creer, a darme voz y fuerza. Por eso ahora creo en la idea de que así como alguien te abrió las puertas, así tú debes abrírselas a otras personas, porque esa es la idea de comunidad.

Yo no crecí con la idea de cómo era ser hombre o mujer porque crecí rompiendo estereotipos, en el rap no sentí discriminación porque nuestro objetivo era otro, era generar algo de la nada, pero cuando yo empiezo a crecer, me doy cuenta que sí existen limitaciones marcadamente fuerte, el tema del aborto fue para mí darme cuenta que sí existen limitaciones marcadamente fuertes, porque  me di cuenta que sobre algo tan básico como es el cuerpo no puedo decidir. Por eso quise ser la voz en la que se pueden reflejar. En la música hablas por tú,  pero puedes hablar también por otras personas. A mí me agrada cuando las personas me dicen ‘está chido lo que haces’”.

—¿Crees que puedes modificar algo con tu música?

—Yo creo que sí. He conocido a mucha bandita que me dice ‘lo que dices es justo lo que pienso’ yo siento que está funcionando, si la persona no quiere hacer música encuentra un argumento de algo que no sabía cómo decir. Cuando yo hago una canción, ya no es mía es de todos. Por ejemplo, me pidieron música mía para una marcha feminista en Guatemala.

—¿Qué comentarios has recibido de tu música?

—Me considero muy afortunada porque más del 90 por ciento de los comentarios son positivos. Yo puedo decir que me ha ido muy bien que si bien no es tan popular, si ha sido constante el trabajo, he conocido a gente que ha creído en mí y creo que eso es el verdadero crecimiento, más allá de cuántos discos he vendido, he crecido como persona.

—¿Quién es tu público?

—Eso sería interesante saberlo, no sé exactamente. Hace unos años mi hermano estudiaba y me dijo ‘regálame un disco es para la hija de un amigo’, y yo pensando en la edad le dije ‘¿cuántos años tiene?’ y resultó que era una niña de tres años a la que le gustaba mi música. También he recibido comentarios de gente de la tercera de edad.

“Una experiencia que tuve en la marcha de migrantes en Estados Unidos, fue que había un chavo como con facha muy cholera que me esperó un largo rato y al final medio un abrazo porque le había gustado mi música.

También sectores feministas. No me considero de una corriente ideológica, no soy purista, pero tengo una conciencia de género, considero que ponerle una etiqueta sería cerrarlo y hay mucha gente con prejuicios. No quiero buscar ser algo ni ponerme etiquetas, si la gente lo asume así está bien”.

 

“Es peligroso usar un discurso cuando no eres consecuente”

 

―¿Qué les dirías a las y los chavos que utilizan el arte como un vehículo para expresar su crítica contra el sistema político?

―Es difícil buscar la manera de decirlo, pero lo primero es que tienen que estar consciente  de qué es el sistema y lamentablemente mucha gente no se da cuenta de eso, antes que criticar deben observar en qué contexto están creciendo porque si tú no te estás dando cuenta, jamás vas a querer algo.

―¿Qué opinas de las personas que utiliza un discurso crítico como estrategia de mercadotecnia para ganar espacios y público?

―No es tanto el discurso que hagas, la idea es ser consecuente y coherente con lo que estás diciendo. Es peligroso usar un discurso cuando no eres consecuente porque te vuelves un referente y si no lo sabes manejar tú mismo transgredes el discurso.

―¿Se necesitan espacios para artistas como tú?

―Creo que lo que se necesita, más que espacios, es apoyo real. Si yo pongo un disco a la venta, pues que se compre, porque finalmente los artistas vivimos de eso y cuando no existen esos apoyos tienes una que buscar apoyos por otro lado. También es necesario crear la escena y apoyarla con espacios en los que sí se pueda pagar a los artistas. La idea es que tú compres su arte.

― ¿Vives de tu música?

―Medianamente, me ayudo de mis discos y lo combino con otras cosas. Estamos encaminados a una organización de talleristas de rap, encuadernación, grabado y stencil, de esos talleres podemos subsistir, pero la idea también es llegar a la gente que no puede pagarlo. Yo estoy sobreviviendo de la música, pero así como hay entradas, también tengo que invertir.

―¿Cómo te ves en cinco años?

―He pensando hasta los 30 años (te debo uno). Una de las cosas que tengo en mente es viajar y conocer la escena del hip hop en otros países, tengo muchas ganas de conocer  Chile y quiero conocerlo antes de mis 30. También pretendo ir a Argentina, Venezuela y Colombia, pues tienen un fuerte movimiento de mujeres en el hip hop. Quiero tener una carrera consolidada, eso quiere decir para mí que siempre cuente con presentaciones.

 

―Gracias.