Sarai Fernández

OAXACA, Oax.  Retratos de personajes místicos  y también comunes, como  periodistas, boxeadores, futbolistas y apostadores transitan en las páginas de  La casa pierde, el libro del  escritor mexicano Juan Villoro que le hizo merecedor en el año 2000 del Premio Xavier Villaurrutia, considerado uno de los más importantes del territorio hispanoamericano.

En los cuentos el escritor y periodista mexicano perfila con su prosa, a aquellos que exploran desde las experiencias místicas con hongos alucinógenos o incluso hasta el autocastigo.

La historia que da título al libro, es para el periodista mexicano una circunstancia  interesante: un jugador de cartas que está perdiendo todo, y lo único que le queda por apostar es el sueño de su mujer, «muy sugerente como imagen, como condensación”, comentó el autor aquí en la ciudad de Oaxaca, durante la presentación de la nueva edición de este libro.

Cada uno de los cuentos compilados en La Casa Pierde son para el escritor, Premio Herralde 2004, una especie de fotografía fija.

Con esta idea, el autor explora y retrata sus personajes -en su mayoría citadinos- quienes tienen en común el entendimiento del mundo a partir de códigos y éticas personales.

Por ejemplo, en Campeón Ligero relata la vida de Nacho Barrientos un boxeador que decide y acepta que lo golpeen para, de esa manera, desahogar parte de la culpa que siente por un accidente trágico. “Un amigo cercano lo investiga y le hace ver que es inocente, sin embargo en ese momento su vida se derrumba, porque toda su vida estaba armada para ser un chico sufriente”.

“Eso es lo que más me interesa, una escena conflictiva, ver hacia donde conduce  y que fue lo que justificó esta escena” contó Villoro el pasado viernes en el espacio del Foro el Huaje, durante la presentación de  La casa pierde.

“La literatura está basada en situaciones reales, las cosas que escribimos están basadas en circunstancias personales y algunas veces autobiográficas”, dice el también columnista, apasionado del rock, del cine y la literatura. Muestra de ello es Corrección, un relato en el que  sus personajes toman un toque más personal, pues sus protagonistas son escritores.

“Yo vivo en el medio literario, un escritor envidia a otro escritor, es capaz de corregirlo pero no de hacer sus textos. Estas tensiones están plasmadas en este relato”.

Aficionado al fútbol, necaxista desde niño, el autor de Balón dividido también dedica en esta recopilación un espacio al deporte con El extremo fantasma, un relato sobre un jugador veterano que sufre una lesión irreversible que le impide volver al campo de juego, por lo cual es contratado como entrenador de un equipo con mala suerte en la cancha.

En Coyote, Villoro recuerda una de las mayores tentaciones de su generación: las plantas alucinógenas. Un grupo de personas hacen un viaje al desierto mexicano en busca de consumir peyote, sin embargo uno de ellos se separa del campamento. “La realidad del desierto le propone un viaje mucho más alucinógeno. Es una exploración de hasta dónde nos puede llevar la naturaleza.

La casa pierde fue publicado en 1999 y en este 2017 fue reeditado por la editorial Almadía, con el diseño de Alejandro Magallanes.

 

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