ELISA RUIZ HERNÁNDEZ

VILLA DE ZAACHILA, Oax. (sucedióenoaxaca.com). En la colonia Vicente Guerrero, situada en las inmediaciones del basurero municipal que recibe día a día los desechos de quienes habitan la capital oaxaqueña, funciona desde hace cuatro años “La banda de música” un proyecto que está germinando este 2016 una orquesta sinfónica compuesta por niñas, niños y jóvenes que gracias a la música alejan de sus vidas pobreza, ignorancia y delincuencia, a las que parecían destinados.

El origen de todo empezó hace seis años cuando el párroco de San Bartolo Coyotepec, José Rentería, participó junto con vecinos de este asentamiento que pertenece a Zaachila pero que eclesiásticamente está dentro de su demarcación, en la creación de la banda de música “Santa Cecilia”, dirigida por el maestro Camerino López Manzano, egresado del Centro de Capacitación Musical Mixe de Santa María Tlahuitoltepec (CECAM).

El presidente municipal de Zaachila, Raciel Vale López, recuerda que en efecto, fue el padre José Rentería uno de los fundadores de la esta banda de música que vino a dar a niños y jóvenes la posibilidad de incursionar en actividades artísticas que les abren una perspectiva de vida mejor a pesar del  entorno de pobreza e inseguridad en el que existen.

El edil reconoce que tanto en la banda de música de la colonia Vicente Guerrero, como en la “Resplandor Zaachileño” que funciona en la cabecera municipal desde hace cuatro años, la iglesia católica ha sido la impulsora a través de sacerdotes con clara vocación social.

A tal esfuerzo, se sumó hace cuatro años la filantropía de una mujer, pilota de la aerolínea Air France, Isabelle de Boves, quien tras visitar a una tía monja que brinda sus servicios religiosos en la zona cercana al tiradero de basura, se dedicó a reunir financiamiento para la construcción de una escuela de música y para dotarla de instrumentos no solo de aliento, sino además de cuerdas, violines y violoncellos, a fin de  formar una orquesta sinfónica.

Miguel Villegas, integrante de la Orquesta Sinfónica de Oaxaca, imparte clases de violín a un grupo de 25 niños y jóvenes de 6 a 17 años, quienes formarán parte de la primera generación de ejecutantes de la naciente Sinfónica “Santa Cecilia” que espera poder estrenar formalmente antes de que concluya este 2016.

“De hecho la orquesta debutó en la clausura del ciclo escolar, y presentamos un recital en su propia escuela de música, porque los chicos ya leen y ejecutan un repertorio básico. Claro, hay mucho por hacer todavía pero ya están propiamente en trabajo de orquesta”, comenta el joven violinista egresado de la Escuela de Música “Vida y movimiento” Ollin Yoliztli con estudios superiores en España, sobrino del compositor de «Mujer oaxaqueña», Rodolfo Villegas, y Premio Estatal de la Juventud.

Considera que la escuela de música brinda a niños y niñas la oportunidad de cambiar sus hábitos de vida.

“Cuando empecé a dar clases llegaron chicos de bandas de cholos; algunos vinieron por su cuenta y otros obligados por sus padres, pero poco a poco se han interesado en el instrumento. La mamá de uno de ellos vino un día y me dijo que estaba muy contenta de ver que su hijo en vez de salirse a grafitear se ponía a practicar violín. Yo les digo a mis alumnos que no pretendo que todos sean concertistas pero que si perserveran en hacer algo bien con su instrumento, eso es lo más valioso”, expresa Miguel Villegas.

-¿Si se toma un niño de los que piden limosna en el centro histórico de la ciudad tocando un acordeón o una trompeta, se puede formar un concertista?

-Sí, claro. Si la persona tiene contacto con el sonido del instrumento cotidianamente, y lo va trabajando, aprende de manera natural. Aquí en la colonia Vicente Guerrero eso es lo que me motiva mucho, la labor social a través de la música.

No es sencillo, porque hay papás que no lo entienden, algunos me dicen: es que mi hijo siempre toca lo mismo, o toca bien feo, y yo les pido que tengan paciencia, que el violín es un instrumento que requiere mucho tiempo y dedicación. A veces me piden, mejor que toque clarinete. Ése ha sido el mayor reto, que los papás tomen conciencia y que los niños mantengan la voluntad.

Miguel Villegas, además de dar clases de música, se ha convertido en el enlace con la benefactora francesa que consigue los instrumentos para la orquesta, los embarca por Air France a México, y él se encarga de traerlos a la escuela de música en Zaachila.

Informa que en noviembre próximo llegará a dar clases de violoncello el reconocido músico español Iñaki Etxepare, quien se ha sumado al proyecto de la Sinfónica «Santa Cecilia» y cada año acude a brindar cursos.

 

 

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