Redacción CIUDAD DE MÉXICO. Para Oscar Clavellina, académico de las Facultades de Psicología y de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en los hechos ocurridos en el municipio de Tlahuelilpan, Hidalgo, donde varias personas recolectaron combustible de una toma clandestina en un ducto de Pemex pese al peligro que representaba, prevaleció una una mentalidad de grupo o de masas. «No es que hayan perdido su individualidad, sino que forman parte de un grupo, de una masa que va hacia la misma dirección de todo el colectivo”, opinó al comentar que las personas que llegaron al lugar para llevarse el hidrocarburo no midieron el peligro, debido una «despersonalización». En entrevista, el maestro en Filosofía de la Ciencia y Antropología indicó que es muy fácil manipular masas porque hay una sola consciencia social sin importar, incluso, su grado de estudios, “una masa compuesta por personas despersonalizadas es muy fácil de manipular”. De acuerdo con el académico, las características de la sociedad mexicana, donde prevalece “una falta de identidad terrible, en la que se incorpora la idea del ‘agandalle’, es decir, la corrupción”, también explica por qué las personas se expusieron a un riesgo extremo. Al respecto, consideró que la falta de identidad puede ser considerada un lastre psíquico y emocional desde la época de La Conquista, pues “sentimos que somos parte de algo, pero al final, no sabemos qué somos realmente; entonces aunque somos mexicanos, parecería que luchamos contra un extraño, gana el egoísmo. Primero yo, luego yo y al último yo. Ignoramos que todos somos México». Oscar Clavellina consideró que otro factor que motivó a las personas a participar en la sustracción de gasolina en la toma clandestina, que por la tarde explotó, es el arraigo que tiene el mexicano de culpar a otro por sus actos y así evadir la propia responsabilidad. De tal manera que al juntarse en una masa de personas dichos factores, «el egoísmo se hizo exponencial y se desató un frenesí por el ‘agandalle’; no es porque se necesite, no es una cuestión de pobreza, eso ya es un cliché para evadir la responsabilidad que cada quien debiera asumir”, planteó. Opinó que muestra de ello son las figuras del llamado «huachicolero», el narcotraficante, los migrantes ilegales o los terroristas, que «son el síntoma, el pretexto, la fuga que da cauce a la problemática social y económica que hemos generado como sociedad y que no queremos remediar al tomar nuestra propia responsabilidad”. Clavellina también estimó que esta explosión que tuvo consecuencias negativas en el corto plazo, con más de 100 personas muertas, las tendrá positivas a largo plazo, “al hacernos responsables de nuestros actos». «Tenemos que identificarnos con el país que queremos: un país corrupto en el que impere la dinámica del ‘agandalle’, la ley de la selva y el egoísmo, o un país que sea para todos”, comentó. Por lo anterior, el académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) subrayó que mientras las nuevas generaciones no se eduquen con valores desde y en sus hogares, seguirán existiendo fallas en la sociedad. “La escuela no es suficiente. Sigue imperando el dicho de que ‘la educación se mama’. Debemos enriquecer la educación informal, la de casa con platicas en familia, compartir, debatir, leer e inculcar valores que permitan ver al otro como su semejante, y no su enemigo”, enfatizó. Fuente Notimex

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