*En México la brecha más grande entre mujeres y hombres se encuentra en la participación laboral y las oportunidades económicas.

Anel Flores Cruz

Como parte del ciclo de conferencias Oaxaca en el debate nacional, organizado por el Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca,la antropóloga feminista Marta Lamas ofreció la conferencia Equidad de género, la tarde de ayer 21 de agosto, en la biblioteca Francisco de Burgoa.

Ante un público conformado en su mayoría por mujeres, entre estudiantes, académicas, periodistas y activistas de organizaciones no gubernamentales, Marta Lamas expuso la urgencia por cerrar las brechas de desigualdad entre mujeres y hombres que obstaculizan la posibilidad de desarrollo humano de nuestro país.

“No hay nada que se parezca más en el mundo que un hombre y una mujer. Somos iguales como seres humanos”, expresó la también fundadora de GIRE (Grupo de Información en Reproducción Elegida) al comienzo de la conferencia. No obstante ─señaló─, “cuando entramos en la lógica de lo propio para las mujeres o lo propio para los hombres dificultamos el reparto equitativo y justo de las responsabilidades y de los disfrutes”.

Para Lamas, los mandatos de género (“prescripciones femeninas y masculinas, instalados en nuestra psique”), hay que pensarlos en términos de intercambios y condiciones sociales que permiten algo mucho más profundo y más estructural: la división sexual del trabajo. Esta división, expone, “tuvo razón cuando pasamos como humanidad del Paleolítico al Neolítico: las mujeres se quedaban a alimentar a sus hijos y los hombres se iban de caza, pero en el siglo XXI cuando tenemos computadoras, cuando hemos ido a la Luna, a Marte, cuando tenemos submarinos, no existe razón para aferrarnos a esa división sexual del trabajo”.

De acuerdo a datos del Foro Económico Mundial, quien se dedica a medir las brechas de género desde 2006 con datos arrojados relativamente confiables por países participantes, podemos encontrar que en México la brecha más grade entre mujeres y hombres se encuentra en la participación laboral y las oportunidades económicas, informó la antropóloga.

Durante la conferencia, la antropóloga planteó las preguntas: ¿Cómo cerrar la brecha entre hombres y mujeres en distintos componentes del trabajo?, ¿cómo cerrar la brecha del salario?, ¿cómo cerrar la brecha en los puestos y toma de decisiones?

La intervención igualitaria, señaló, tendría que darse en las remuneraciones económicas, en la idea de que el trabajo domestico es un trabajo de amor, en los permisos de maternidad y paternidad, en la dependencia económica, en el tiempo de ocio, en el cuidado de los seres vulnerables. Enunció también que el mandato de la masculinidad en los hombres los hace colaborar con la cultura laboral enajenante y sobre explotadora, mientras que el mandato de la feminidad en las mujeres las lleva a autoexplotarse abnegadamente.

Al final de la conferencia expresó que hablar de equidad de género requiere de políticas públicas con incentivos económicos y con acciones afirmativas, definida esta como un mecanismo transitorio que pone en cuestión la distribución de posiciones privilegiadas o de poder.

El tema del aborto

En entrevista con este medio, Marta Lamas señaló que la mejor manera de desactivar la polémica del aborto en México, a partir de la experiencia en otros países, es con el debate público a nivel nacional. “Italia despenalizó el aborto en 1978, 30 años antes de lo que se despenalizo en México, ─con un Papa, con el vaticano, con la iglesia católica─ y esto se debió a que durante un año todas las televisoras y radiodifusoras invitaban a las y los médicos a favor y en contra, las abogadas, los abogados, las mujeres de próvida, las mujeres a favor del aborto, feministas… y todo el país se metió en un debate para ver los pros y los contras de despenalizar, y descubrieron que despenalizar el aborto era el menor de los males, que se ayudaba más a prevenir con la despenalización. Aquí en México, cuando tuvimos un debate en 1991 sobre el aborto, los empresarios católicos amenazaron con retirar su publicidad si se seguía hablando del tema”.

“Si no tenemos un debate público donde se escuchen argumentos, experiencias, posiciones, no se va a cambiar las cosas, entonces, necesitamos luchar por un debate público, por tener medios públicos y poner el aborto como tema nacional”.

Respecto a la intromisión de la iglesia católica en el tema del aborto, comentó: “la iglesia católica es un poder fáctico y los empresarios católicos tienen el mandato y el poder económico, entonces no vas a ver jamás en Televisa y en Tv Azteca un debate sobre este tema.

Finalmente, dijo que las y los legisladores no promueven el aborto porque no tiene ningún costo, “saben que van a estar tres años, que los compran y que se van. Cuando los diputados sepan que sí lo hacen (despenalizar el aborto) bien, la gente puede volver a votar por ellos o por su partido. Por ello hay que seguirles la pista, hay que cobrarles que hagan o no hagan las cosas”.

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