Rocío Flores/Foto: Paola Flores

GUELATAO DE JUÁREZ, Oax.  “¡Alejandro! ¡Alejandro! ¡gobernador, amigo, el pueblo está contigo!” gritaban cientos de personas a la par que sonaban algunas matracas en el arribo del presidente de México Andrés Manuel López Obrador y el gobernador del estado de Oaxaca a Guelatao de Juárez.

La plaza central del pueblo serrano, donde se conmemoró el 213 aniversario del natalicio del expresidente Benito Juárez García (1806-1872), estaba repleta de burócratas, trasladados para el acto oficial desde la madrugada del jueves.

Al margen del acto y templete oficial, personas de San Juan Yagila, Ixtlán de Juárez, Lachatao, Tlacolula, Guelatao y de otras comunidades de la Sierra Norte, de Valles Centrales, del Istmo y otras regiones se fueron reuniendo sin prisa para recibir al presidente.

Una banda de música sonaba de fondo en la escena, mientras los secretarios de estado llegaban y se acomodaban para recibir a López Obrador, al tiempo que el personal de seguridad del gobernador ser movilizaba por todos lados.

Arribaron cerca de las cuatro de la tarde, casi al límite del cansancio de los burócratas, que ya llevaban casi siete horas de esperar el acto.

Otro grupo de personas se colocó en una loma, al pie de la bandera, desde ahí miró y escuchó al director del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, Adelfo Regino Montes,  sobre el legado de Juárez, que dijo, tiene especial trascendencia después de décadas de imposición de un modelo neoliberal que ha borrado fronteras y suplantado la voluntad popular.

[quote]“Hoy más que nunca es necesario enarbolar el respeto y la libre determinación de los pueblos, para nadie es ajeno los estragos que ha significado la imposición de este modelo, la destrucción y el despojo de nuestra tierras y territorios” dijo, entre otras cosas, el funcionario federal de origen oaxaqueño, quien precedió al gobernador.[/quote]

 

Mientras arriba, en la lomita, unas personas sostenían grandes lonas en las que se leían algunas de sus demandas, entre ellas, la cancelación de las concesiones mineras en la Sierra Juárez.

Murat en cambio exhortó a los actores políticos, sociales, iniciativa privada, académicos y sociedad civil a conducirse bajo los principios juaristas para reducir la brecha de desigualdad, ante los oídos atentos de mujeres, hombres, jóvenes y niños, que parados frente a una valla, miraban y escuchaban a través de una pantalla gigante y sonreían incrédulos en la plazuela de al lado, pues no habían podido ocupar un lugar en la plaza central.

“Sordos, torpes y ciegos aquellos que no entendieron que quitar a Juárez del corazón de la patria, era lo mismo que quitarle la patria el corazón”, decía en su discurso Murat, en medio de rechiflas que inmediatamente eran opacadas por unas matracas y las porras de unos cinco mil trabajadores de la administración pública estatal.

Casi la misma suerte corrió otro enorme letrero colocado arriba en el lugar de la asta bandera con la leyenda “Juicio Popular a José y Alejandro Murat por la Masacre de Agua Fría y sus 300 feminicidios”. Mientras unos hacían el intento por sostenerla otros hacían lo posible por jalarla, solo fue visible unos cuantos minutos durante el acto oficial.

[quote]Somos juaristas como usted presidente, porque entendemos el concepto de justicia, decía Murat.[/quote]

Algunas personas respondían sonriendo al escuchar sus frases y después las porras de su séquito de trabajadores gritando ¡Alejandro, Alejandro!. Luego el mandatario estatal asumió públicamente el compromiso de agregarse a la austeridad, dijo que ningún servidor público de Oaxaca tendría un sueldo superior al del presidente de México; prometió un análisis costo-beneficio para vender todos los activos que no sean necesarios en la administración pública.

También, homogeneizar los programas sociales para evitar la duplicidad, hacer un uso eficiente de los recursos públicos y trabajar de la mano con Andrés Manuel López Obrador.

“Porque si le va bien al presidente, le va bien a México y le va mejor a Oaxaca», puntualizó Murat Hinojosa ante burócratas, agentes, municipales, diputados, funcionarios locales y gente de los pueblos de Oaxaca.

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López Obrador abrió su participación cerca de las cinco de la tarde, dirigiéndose a más de ocho mil personas que a esa hora se encontraban ubicadas entre las dos plazas, las calles, a las orillas de la laguna y en la presidencia del pueblo.

[quote]Me da gusto estar este día con ustedes, con la gente de Guelatao, de otras comunidades, municipios y regiones de Oaxaca”. Aquí donde nació el mejor presidente de la historia de nuestro país, dijo el actual mandatario federal. [/quote]

Hizo hincapié en algunos principios de Juárez que 一dijo一 siguen vigentes. Recordó el principio de mandar obedeciendo, un legado de la práctica de las comunidades y pueblos indígenas, que hasta la fecha se hace en Oaxaca en los 417 municipios de usos y costumbres, donde la autoridad es la asamblea. A diferencia de hace unos días en su conferencia mañanera, cuando confirmó la vigencia de las concesiones otorgadas a la industria extractiva, a pesar del rechazo de las mismas autoridades a las que hizo referencia ayer en Guelatao.

El presidente exaltó esta práctica en la sierra Juárez. “Es una auténtica democracia donde no hay politiquería. No llega a ser presidente quien hace campaña y sonríe de manera hipócrita”, comentó.

“Aquí la gente elige a quien ve serio y responsable, quien va a servir a la comunidad. En los municipios de usos y costumbres las autoridades no cobran dijo ¿En dónde se ve esto? ¡en ningún lado! enfatizó.

También reiteró que en Oaxaca se desarrollarán varios programas. No solo es el Istmo, dijo. Reiteró que ahí se planea mejorar el puerto de Salina Cruz, la Refinería y se va a construir el tren transístmico, proyecto al que se oponen algunos colectivos de mujeres de esa región.

Los 517 municipios de Oaxaca van a tener camino pavimentado. “Vamos a sacar adelante a Oaxaca. Me canso ganso»,  agregó. Después repitió algunas promesas que hizo durante su campaña y que hasta hoy no se han concretado.  «Con el pueblo todo, sin el pueblo, nada, nada de querer imponernos, ni a gritos ni a sombrerazos. La Cuarta Transformación es también reconciliación», dijo Obrador, antes de retirarse de Guelatao.

La verbena continuó en el pueblo con música y baile, que se celebra al aire libre y por la noche, como cada año durante la llegada de la Primavera y la conmemoración del natalicio  de Juárez, uno de los presidentes de México más importantes de la historia del país.

 

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