Rocío Flores

OAXACA, Oax.  El maíz es el alimento más cultural que ningún otro cultivo de la humanidad que nos sostiene como sociedad global pero también es una de las especies que más ha sido manipulada genéticamente,  señala el Dr. Alejandro de Ávila  Blomberg, al tiempo que alerta de la necesidad de declarar a Oaxaca como un territorio libre de transgénicos.

“Si el maíz es el producto cultural por excelencia nos preocupa como sociedad civil organizada”, manifesta el investigador e integrante del Patronato Pro defensa del Patrimonio Cultural y Natural de Oaxaca (Pro Oax), durante una conferencia de prensa, a la que también hace acto de presencia el pintor internacional Francisco Toledo, uno de los más férreos defensores del maíz nativo y quien lidera desde hace un par de años la lucha contra la entrada de transgénicos al país.

El  investigador , miembro de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) explica que en este proceso de transformación cultural se dio en el Sur de México  y en Oaxaca tenemos la evidencia arqueológica más temprana que se ha encontrado hasta ahora. Oaxaca podría considerarse entonces como cuna del maíz.

De Ávila recuerda que hay estudios internacionales que documentan  los maíces cultivados por pueblos indígenas- desde el sureste de Canadá hasta el cono Sur – y encuentran que en Oaxaca están las poblaciones ancestrales, las que son  la base en el árbol evolutivo del maíz, por lo que hay razones arqueológicas y genéticas para considerar a este alimento  como parte del patrimonio cultural y natural de este estado.

“Aquí están las poblaciones que se asemejan más a los teocintles, es decir las que son ancestrales”, sostuvo.

LA DEFENSA

“El gobierno no entiende  la importancia del maíz, no entiende que deja de  ser ya un recurso estratégico como alimento, el maíz es la planta más importante de la humanidad y lo va a ser  con mayor intensidad de aquí en adelante”, señala enfático.

Argumenta que el maíz es la planta que es cultivada en mayor superficie en la escala global, la que se produce en mayor volumen a escala mundial y es la base de la industria global.

El maíz es ahora fuente de combustibles, de moléculas para toda clase de productos industriales, está lo mismo en nuestros cosméticos, en nuestros medicamentos e incluso los hacemos para limpiar nuestro hogar.

“Consideramos que han elegido el maíz, porque es el resultado cultural, no es un recurso propiamente de la naturaleza, es el teocintle (una especie de zacate) lo que nos da la naturaleza pero ha sido el trabajo humano, el amor de las culturas indígenas lo que ha producido el maíz y se ha traducido en un recurso estratégico para la economía mundial. Como sociedad mexicana tenemos derecho de propiedad intelectual sobre el maíz, expone De Ávila.

“Consecuentemente debemos hacer valer esos derechos. Es el colmo de la negligencia que el Estado mexicano no solamente no entienda sino que vean la ganancia que significa defender los intereses de las transnacionales como Monsanto y Bayer”, agrega.

Alejandro De Ávila considera que Oaxaca tiene la capacidad y debe de sumarse a  la iniciativa que tuvo el gobierno de Yucatán en octubre del 2016, al declararse zona libre de transgénicos.

Para el director del jardín etnobotánico, que aloja cientos de especies de plantas  que reflejan  la gran diversidad de climas, formaciones geológicas y tipos de vegetación que caracterizan a esta entidad, la estrategia tiene que ver con una ganancia simbólica, es decir, no es que México les genere una ganancia potencialmente pero “si México no defiende el maíz y permite la entrada de los transgénicos entonces otros países no deberán poner resistencia y es justo contra esa presunta estrategia que  la sociedad civil debe actuar.

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