No vamos a detenernos, vamos a erradicar el huachicoleo: AMLO

Paola Flores

Todos gritan, algunos corren con las llamas abrazado sus cuerpos, huyen del lugar de la explosión, otros claman desesperadamente los nombres de sus familiares, son las siete treinta del  viernes 18 de enero y el caos reina en Tlahuelilpan, Hidalgo.

En los videos tomados unas horas antes de la tragedia, se observa a cientos de personas, entre ellas niños que celebraban mientras llenaban contenedores de plástico, bidones y garrafas con la gasolina, que salía de la toma clandestina en el ducto que va de Tuxpan a Tula. Algunos estaban metidos en el chorro y otros más hacían filas con sus autos para acercarse.

A las 18:50 horas el estallido evidenció los peligros mortales del robo de combustible o huachicoleo, que ha costado miles de millones de dólares por año y cuyo combate ha sido tema central del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en las últimas semanas.

Hoy por la mañana en una conferencia de prensa extraordinaria se han expuesto los pormenores de ese trágico hecho.

El secretario de Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, dijo que las tropas llegaron al lugar a las 16:50 horas e intentaron persuadir a los ciudadanos a retirarse, pero que sus exhortaciones fueron ignoradas y algunos incluso fueron “agresivos” con los soldados.

Aclaró que sólo había alrededor de veinticinco elementos y que ese contingente no era suficiente para dispersar al número de personas que se encontraban en el lugar y acordonar el sitio.

El gobernador de Hidalgo, informó que como consecuencia, 66 personas perdieron la vida y 76 (73 hombres y tres mujeres), se encuentran siendo atendidas en diferentes hospitales.

Octavio Romero, director de Pemex detalló que las operaciones en el ducto en cuestión (Tuxpan – Tula) se encontraban suspendidas desde el 23 de diciembre y que fue el 16 de enero, dos días antes del lamentable hecho cuando se reanudó su uso.

Además informó que cuando se detecta una fuga en los ductos, entra en acción un protocolo de seguridad que consiste en suspender la operación y cerrar las válvulas para reducir la presión en la zona afectada.

En Tuxpan – Tula se aplicó este procedimiento, sin embargo por su cercanía con la refinería de Tula, que son sólo 13 kilómetros, equivalentes a 10 mil  barriles de gasolina, intentar apagar el incendio no resultó una tarea fácil.

López Obrador por su parte aseguró que continuará la lucha contra este delito: “Va a seguir el plan. Lamento mucho lo sucedido, pero tienen que cambiar estas cosas… no vamos a detenernos, vamos a erradicar esto que no solo daña materialmente, sino que también representa un riesgo, un peligro, la pérdida de vidas humanas”, declaró

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