Rocío Flores
OAXACA, Oax. El Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe, (Cecam) llegó a los 40 años, a pesar de la ausencia de un reconocimiento oficial, celebró con un concierto en el que los protagonistas fueron los jóvenes músicos de la banda filármónica de este instituto.
Durante un par de horas, la banda interpretó sones y jarabes mixes e istmeños, como El fandango tehuano, La llorona, Pinotepa y hasta la pieza del compositor Dámaso Pérez Prado, El Mambo número 8, ritmo que contagió a los asistentes y a algunos músicos, quienes al tiempo que tocaban bailaban sosteniendo su pesada tuba.
Acompañaron la celebración las cantantes Susana Harp, Ely Guerra, Ana Díaz, así como la flautista de Santa María Tlahuitoltepec María Concepción y la soprano mixe María Reyna, quien, junto a los músicos, recibió los aplausos de un público de pie por la interpretación de Canten y toquen.
La interpretación de La llorona en las voces de Ely Guerra y Susana Harp, así como el Dios nunca muere en la voz del cantante Emilio Cordero también fue aplaudida por los asistentes.
En el concierto dirigido por los maestros Silvestre Vásquez, Leovigildo Martínez y César Delgado, también participó el pianista Héctor Infanzón con el estreno de la pieza Tequio y el flautista Horacio Franco, quien interpretó El Mixteco. Además recordó al público del auditorio Guelaguetza, que el Cecam a pesar de haber formado en la música a 35 generaciones de niñas, niños y jóvenes indígenas de Oaxaca, aún no cuenta con un decreto oficial,
“Estos jóvenes son esperanza”, dijo de los 67 integrantes de la banda y pidió que el decreto jurídico para el Cecam fuera una realidad.
Durante cuatro décadas de este instituto, la falta de recursos ha complicado su quehacer musical, que destaca por sus principios comunitarios y por la proyección internacional de los pueblos mixes y otros pueblos indígenas de Oaxaca.
