Rene Gonzalo Hernández

El regreso paulatino a los centros de trabajo en el marco de la “nueva normalidad” a la que nos orilló la pandemia de Covid-19, requiere de esfuerzos extraordinarios de las empresas y gobiernos, así como de las personas que integran las platillas laborales, además de un cuidadoso proceso que puede llevar varias semanas de planeación. para garantizar la salud de todas las personas y un efecto positivo.

Con base en las características propias de cada centro laboral, los protocolos para llevar a cabo esta transición deben estar basados en tres pilares principalmente, según el experto en temas laborales Rafael Avante Juárez, fundador de Avante Asesoría Integral.

Estos son los ambientales, relacionados a los espacios físicos que ocupa el trabajador tanto en su casa, sus traslados y el espacio donde desempeña sus labores; los personales, que se refieren a las condiciones en las que éste lleva a cabo sus actividades productivas; y los organizacionales, en los que se agrupan los protocolos y medidas para enfrentar la etapa de regreso a las actividades laborales.

A continuación se amplían estos conceptos, acompañándolos de ejemplos prácticos que pueden contribuir a reducir riesgos sanitarios y cuidar la productividad:

ASPECTOS AMBIENTALES

EN EL HOGAR: Si bien no dependen del patrón, los empleados o empleadas deben procurar tener la información sobre las medidas de salud e higiene que debe adoptar en su casa antes de trasladarse a su centro de trabajo. “Si se descuida esta parte, se puede adquirir el virus y llevarlo a la oficina o área de trabajo, por tanto debe recibir recomendaciones sobre las precauciones en su hogar, cuando sale y cuando regresa”, explica Avante, también exsubsecretario del Trabajo a nivel federal.

EN LOS TRASLADOS: En la medida que las condiciones lo permitan, este aspecto podría estar controlado por el patrón. “De esta manera se evita el contacto con elementos que salen del control de la empresa”. En caso contrario, debe haber recomendaciones para el personal sobre precauciones y cuidados, así como para informar al centro de trabajo si durante su trayecto experimentó algún incidente que suponga una posible exposición a un contagio.

AL INGRESO AL CENTRO DE TRABAJO: Deben establecerse filtros que incluyan protocolos para evitar que casos sospechosos de contagio ingresen al local, factoría u oficina (toma de temperatura, cuestionarios breves que arrojen información sobre el estado general de salud del empleado y las personas que cohabitan con él, etc.).

En todo momento deben evitarse aglomeraciones; asimismo, el patrón debe dar todas las facilidades y flexibilidad de horario: “Evitemos generar un incentivo negativo para que el trabajador busque obviar el filtro de ingreso. Si sabe que será sancionado con una falta o un retardo, y ya viene tarde, buscará la manera de burlar el filtro para llegar temprano”.

«Se recomienda especialmente que dichos filtros estén operados por personal que tenga algún conocimiento en enfermería o medicina; de esta manera tendrá un perfil profesional más técnico que operativo”.

EN EL CENTRO DE TRABAJO: Uno de los primeros elementos a considerar en la planeación del retorno laboral, es el identificar y clasificar las tareas en función del riesgo y la exposición del personal a un posible contagio.

“Hay actividades que por su nivel de exposición ocupacional implican un mayor riesgo que otras. Dependiendo del tipo de actividad debe establecerse una serie de medidas que debe respetar el trabajador o trabajadora y por las barreras físicas o tipo de protección que se le debe proporcionar; habrá algunos que sólo requieren tapabocas, pero otros empleados requerirán guantes o barreras físicas”. En este proceso también se identificarán las actividades no fundamentales, en las que es conveniente que alguna persona siga trabajando a distancia.

Como se ha manifestado a lo largo de la pandemia, el distanciamiento es un factor muy importante. Entre los propios empleados deben mediar por lo menos 2 metros “en el entendido de que la regla más estricta puede ser la más eficiente; el mínimo es de 1.5 metros”.

“Muchas veces tienes el distanciamiento en las actividades productivas, pero las personas hacen cola en el baño o se amontonan en el comedor…”. Por ello se recomienda colocar señalizaciones en los espacios físicos en los que se desplace el trabajador, por ejemplo, en el piso, que le indiquen al personal dónde debe colocarse.

La disposición de los desechos también es un aspecto delicado. Deberá establecerse un manejo diferenciado de estos y un protocolo muy cuidadoso para las personas encargadas de la limpieza, así como de los recorridos que deben realizar para recoger la basura y desecharla; esto evitará que ésta se convierta en un foco de infección adicional.

La higiene personal, así como la sanitización de maquinaria, herramientas, equipo personal y de protección, debe realizarse con sumo cuidado y en ningún caso debe obviarse.

ASPECTOS PERSONALES

DATA MÉDICA: La empresa debe tener información fundamental del trabajador y actualizarla. Esto permitirá conocer si hay algún elemento que coloque al personal en riesgo por su propia condición de salud (diabetes, obesidad, hipertensión, inmunodepresión, problemas renales, hepáticos, etc.). Si alguno de estos lo ubica como una persona de alto riesgo, salvo que su trabajo sea absolutamente indispensable y atendiendo los lineamientos de las autoridades, lo más recomendable es que esta persona no participe en esta etapa de transición.

SEGUIMIENTO DEL EQUIPO DE PROTECCIÓN PERSONAL: Este proceso administrativo servirá para constatar que cada empleado usa exclusivamente el equipo asignado. “Debe haber un tipo de supervisión que permita constatar que cada persona ocupa únicamente su equipo. Esto incluye apercibimientos o llamadas de atención para que quien subestime las medidas de salud.

PRUEBAS DE LABORATORIO: “En la medida de las posibilidades de cada empresa, realizar pruebas serológicas sobre Covid-19 es recomendable. Ésta permitirá saber qué porcentaje de trabajadores ya son inmunes al virus abriendo la posibilidad a que dichas personas, que ya tienen inmunidad al virus, puedan tener responsabilidades de mayor riesgo (atención directa a clientes y proveedores, recepción de mercancías, etc.) o que colaboren en el monitoreo y seguimiento de las medidas de salud”.

Este tipo de pruebas dará un panorama del nivel de riesgo del centro de trabajo: “si, por ejemplo, el 80% del personal ya es inmune, no quiere decir que relajes las medidas, pero tu riesgo es menor. Si los resultados serológicos son contrarios, se puede prever el surgimiento casos y las medidas de detección y control”.

ASPECTOS ORGANIZACIONALES

Creación de una Comisión Mixta de Seguridad e Higiene, las cuales están previstas en la Ley Federal del Trabajo, en una Norma Oficial Mexicana, así como en la “Guía oficial de la Secretaría del Trabajo (https://www.gob.mx/stps/documentos/guia-de-accion-para-los-centros-de-trabajo-ante-el-covid-19), por lo que los centros de trabajo deben contar con estas figuras y, de manera específica, un responsable para atender la contingencia originada por la pandemia. “Si no hay un responsable, se tiene que designar”, advierte el exsubsecretario del Trabajo.

“Muchas veces se subestima a la Comisión Mixta, pero hoy es conveniente retomarla, porque se integra por representantes del patrón y de los trabajadores, lo que da a las acciones preventivas un carácter de consenso y no de imposición patronal”. Agregó que “se tiene que trabajar permanentemente en la idea de que abatir los riesgos y enfrentar de mejor manera a la pandemia es un asunto de corresponsabilidad”.

PROTOCOLO DE REACCIÓN ANTE UN CASO SOSPECHOSO: A pesar del filtro de la entrada, puede presentarse sintomatología ligada a Covid-19 en un trabajador en el transcurso del día. Por ello, es de suma relevancia contar con un protocolo de aislamiento que incluya el traslado a servicios médicos, ruta de desplazamiento a seguir al interior del centro de trabajo, sanitización de los espacios y equipo con el que haya tenido contacto el afectado, así como la observación y vigilancia de las personas que hayan podido estar en contacto con el caso sospechoso.

Rafael Avante Juárez, ahora subsecretario en materia de Derechos Humanos en la Secretaría de Gobernación señala que “el hilo conductor de esto es el respeto a los derechos, la dignidad y los datos personales. El protocolo no puede justificar, en ningún caso, maltrato, agresión, discriminación o violación de la intimidad del empleado presuntamente contagiado”.

Nadie, ninguna persona debe sentirse agredida ni intimidada: “Si un trabajador o trabajadora se coloca en una situación de estrés y considera que es más delicado que lo detecten porque le aplicarán condiciones que pongan en riesgo su ingreso, su percepción económica, la conservación de su empleo o que puede ser objeto de burla o discriminación por sus compañeros, decidirá optar por la secrecía; no facilitará ni colaborará para la detección de un caso sospechoso”.

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