Texto: Adán Chávez/

Imagen: Josué Vázquez “Chorros de cuerpos”. Técnica: Mixta sobre cartón Año: 2013

«La educación es la vacuna contra la violencia».
Edward James Olmos

 

Hablar sobre la violencia suele ser por estos días una práctica común en los medios de comunicación, quienes apelan al término parecen entender con claridad el sentido de la palabra y en otros casos hay quienes amplían sus posibles significados, como en el caso de quienes trabajan los temas de género, apoyándose en los conceptos del sociólogo francés Pierre Buordieu, la complementan: “violencia simbólica”.

Las palabras violento y violenta tienden a usarse en un sentido negativo. Así, es posible encontrarnos que el buscador de Google, en la pestaña de Noticias, nos arroja 46,800 resultados en 0.28 segundos (25/nov/2013, 13:20 hrs.), y sólo de la primera hoja encontramos que los diez notas que lo constatan, como ejemplo presentamos los titulares 1, 3, 7 y 10

1. Sobrevive familia a violento choque. https://www.quadratin.com.mx/justicia/Sobrevive-familia-violento-choque/

3. Violento asalto al taxista héroe de Salta 2141. http://www.rosario3.com/noticias/policiales/noticias.aspx?idNot=139012

7. Barrena acusa al PNV de haber sido un “agente violento en el conflicto”. http://www.elconfidencial.com/ultima-hora-en-vivo/2013-11-25/barrena-acusa-al-pnv-de-haber-sido-un-agente-violento-en-el-conflicto_106963/

10. Balearon a una joven embarazada en un violento golpe comando. http://www.minutouno.com/notas/306002-balearon-una-joven-embarazada-un-violento-golpe-comando

Sin embargo, el poeta francés Jean Genet afirmaba: “Basta con que reflexionemos sobre cualquier tipo de fenómeno vital, en su acepción más estricta, que es biológica, para que comprendamos que violencia y vida son casi sinónimos. El grano de trigo que germina hendiendo la tierra helada, el pico del polluelo que rompe la cáscara de huevo, la fecundación de la mujer, el nacimiento de un niño, dirigen su acusación de violencia. Y nadie pone en cuestión al niño a la mujer, al polluelo, el brote, el grano de trigo”. El escritor galo está pidiendo una reflexión sobre el trato que está dando la prensa a los miembros del Ejército Rojo en Alemania, quienes son acusados de terroristas.

Trailer de la película Tesis, de Alejandro Amenábar

Esta larga introducción pretende apelar a la reflexión de quien lee estas líneas con dos intenciones: 1) que se cuestione el uso del término violencia la próxima vez que se tope con ella en un medio de comunicación ¿Cómo se está usando la palabra? ¿Con qué intenciones?, y 2) tratar de acotar el sentido que le damos aquí a la expresión ‘violencia en la redes sociales’.

Hace un par de meses estaba yo husmeando en el Facebook, dando clic aquí y allá en cuanta cosa intrascendente se topaba en mi camino, una de ellas tenía un título más o menos así “Venganza de narcos”, al acceder a la página con la fotografía de una persona con capucha era necesario activar una liga más. La nueva página incluía un video con duración de 15 minutos, en él un hombre desnudo colgado en medio de una escalera plegable, tiene las manos amarradas y un trapo en la boca. Otros tres hombres, acompañan la escena, están encapuchados, dos de ellos permanecen a los costados del cuadro de video,  parados inmóviles con las piernas abiertas y las manos al frente, una mano agarra a la otra. El tercer hombre está al centro, habla a la cámara desplazándose de un lado a otro del cuarto pintado de blanco. Sin pasión y con una tranquilidad espeluznante, lentamente comienza a cortar con un machete la cabeza del tipo que de cabeza pende de la escalera.

El video no terminé de verlo, la descripción que aquí hago cubría apenas un tercio de su duración. Me impactó y varios días anduvo rondando en mis pesadillas. No recuerdo una sola película que me haya conmocionado de tal manera, por más gore que esta fuera. De vez en vez este tipo de ligas recorren el ciberespacio mediante las redes sociales, muchas de ellas tienen algún tipo de relación con el narcotráfico u otras formas de crimen organizado; también están los que comparten imágenes de tortura a perros y/o gatos que,  curiosamente, son ampliamente divulgadas por indignados defensores de animales.

Trailer de la película El Infierno, de Luis Estrada

¿Qué lugar tienen estas agresiones físicas en el ámbito de la violencia? ¿Es posible compararlas con la ‘violencia simbólica’ que ejerce Disney con sus princesas? O con la llevada a cabo desde el poder, como la enorme campaña publicitaria del gobierno federal de México para justificar la privatización de Pemex, o la campaña del gobierno del Distrito Federal tratando de subir a cinco pesos el costo del pasaje del metro con el visto bueno de sus usuarios, o como en su momento lo hizo Calderón con la campaña mediática de miedo sobre la influenza H1N1. Existe una íntima relación entre violencia y poder.

La libertad que permite la Internet para realizar los consumos culturales que los usuarios deseen, así como la posibilidad de publicar opiniones e información de todo tipo es una forma de ejercer cierto poder. Ese poder de consultar de uno, puede chocar con el poder de publicar de algún otro, cuando no es del todo aceptable la información que se descubre al dar clic, como lo fue mi caso con el video descrito. Es común encontrarse en las redes estas formas de violencia y poder: quienes son fans de algún equipo de futbol y publican información cualquiera sobre ello, pronto encuentran respuestas de repudio de personas que gustan de algún equipo contrario. Lo mismo ocurre con las preferencias musicales; hace unos días un reconocido divulgador de la ciencia compartía en Facebook un artículo sobre las razones por las que no debería de escucharse reggaetón, con argumentos nada científicos y sí una carga de odio hacia los que consumen esa música, “todo lo que no soy yo… es despreciable” podemos interpretar de su opinión. Y así como estos hay muchos ejemplos: de adultos contra jóvenes, de ‘expertos’ en ortografía contra deliberados faltosos a la palabra ‘bien’ escrita (¡Ola ke ase!), de perredistas contra panistas y priistas, de chilangos contra fuereños, de vegetarianos contra consumidores de carne, de censores contra fieles creyentes de que la democracia llegará con la Internet, de amantes de la vida animal contra los amantes de la fiesta taurina, etc.

Segmento de la película Promesas del Este, de David Cronenberg

Más allá de un sustantivo, la violencia parece ser un adjetivo que ligado al poder se emplea en la cotidianidad para calificar negativamente algo o alguien, pero que en otro sentido es las chispas que saca el encuentro de dos puntos de vista y en el que puede haber una parte dominadora y una sumisa, o dos dominantes.

Ante esto estimado lector@, ¿cuál es la violencia a la que está usted expuest@ en su dieta diaria de consumos culturales por el ciberespacio? ¿Es necesario ver sangre para que desenvaine su filosa espada y dé tal calificativo? ¿Cuándo fue la última vez que desahogo su odio en las redes sociales?