Nuvia Mandarín/Foto:JLP

“Cada vez existen menos mujeres y hombres que piensen en los medios de comunicación, específicamente el periodismo ha dado un vuelco al regresar a su origen, el que una sola persona realice toda la tarea en la red”, expresó el filósofo y escritor mexicano Leonardo Da Jandra, quien fungió como moderador de las periodistas y escritoras colombianas Melba Escobar y Carolina Sanín en la charla Decir lo que se nos venga en gana. Opinar en Colombia.

La charla que forma parte de la serie de actividades presentadas en la Feria Internacional del Libro Oaxaca 2014, centró su atención en las diferencias de opinión que existen en los medios de comunicación entre Colombia y México, además de la migración que han tenido las y los periodistas a los medios digitales.

Da Jandra, quien comentó que la experiencia contundente de las y los que escriben en un medio colectivo ha sido cada vez más determinada por la mercadotecnia, en donde según dijo, quienes tiene el mando editorial piden noticias sobre políticos que ya no tienen nada que decir y que mediante la mentira y lo inmoral han terminado con un lenguaje.

Mientras que Melba Escobar realizó un comparativo de la opinión en los diarios entre México y Colombia, que mientras su país cuenta con dos díarios de circulación nacional, México tiene siete o más, entonces el volumen es un tema importante, porque la opinión se reduce, sin dejar a un lado que los medios están inmersos en un política de economía, donde si bien no hay censura directa, todos miran desde la misma ventana.

Su punto de vista hizo recordar que cuando las personas se quejan de los medios como monopolios se olvidan del centralismo. Los medios regionales, que son los más relevantes, quienes tienen acceso a cubrir guerras, además de tener todas las fuentes, se arriesgan para conseguir la noticia, tiene otro estatus para alguien de provincia, toma un papel menor para sus colegas.

El ejercicio literario, una posibilidad de informar

Por su parte Carolina Sanín, contrastó el ejercicio literario con el político, los dos significan una toma de posesión (sic), un descubrimiento de una perspectiva, toman algo y lo presentan con un juicio, sin darse cuenta que con el género literario también se puede informar.

Y es que como mencionó, ponen temas de orden público o derechos humanos como relevantes, mientras que temas que son reales, como cuando se habla de género, de esa igualdad entre las mujeres, pareciera frivolidad, porque la gente se ofende porque no es tiempo de preocuparse por analizar cómo son vistas las mujeres, si existe pobreza.

Entonces dice Sanín, hay mucho populismo en las columnas, el pensamiento se vuelve romo, en donde la misma retórica lleva a siempre tener el mismo discurso político, “mucha gente escribe del mismo tema, pero se pierden el ángulo correcto, porque hablan del mismo enfoque, hay dos bandos que a veces no permiten encontrar los grises”.

La charla hizo concordar tanto a las participantes como al moderar, en que la información se ha vuelto más diseminada, más individual, el o la periodista ya no es una voz que se incorpora a la información, da paso a un cambio en la objetividad de los hechos, porque quien busca la noticia toma la figura de espía en el ámbito que conoce.

Finalmente hicieron hincapié en la gran riqueza del sector de opinión en México y Colombia, que no sólo se limita a los diarios, también hay opinión en las redes sociales, en la televisión, en la radio, en caricaturas y en los nuevos proyectos como portales digitales de noticias, que trabajan desde la casa el periodismo y la ficción, cruzándolos constantemente.

Cuando las opiniones chocan, Ayotzinapa motivo de discusión

La charla tomó un camino distinto cuando un hombre de unos 50 años, bajo de estatura, peso medio, cabello negro, quien vestía un traje azul marino, preguntó algo que sabía causaría un choque entre lo que decían Melba, Carolina y Leonardo, y lo que está en la cabeza de muchas y muchos mexicanos en este momento, los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.

El hombre comentó que nuestro país está muy confundido, con un problema que se achaca a la guerrilla, a la política, al Estado, es Ayotzinapa, un tema que está generando una opinión común y literaria, dijo también México está al borde de un cataclismo social, por las muertes en otros lugares como Tlatlaya, Tamaulipas y en Oaxaca en el 2006. También mencionó temas como la ruta de la cocina, Colombia-México-Estados Unidos.

“¿Si en Colombia están pasando por un proceso de paz después de toda la guerrilla, que debe hacer la sociedad mexicana, sus periodistas para salir de este trace?”, preguntó.

Melba, con una cierta confusión por todo lo que preguntaba el hombre, respondió que él ya se había dado una respuesta y que lo que pueden hacer las y los periodistas es tratar de generar discursos, porque sólo así se forma la cultura.

En su turno Leonardo Da Jandra, con la firmeza que lo caracteriza, pero además en tono sátiro emitió una serie de respuestas al hombre, como el que un obrero nunca tendrá dinero para comprar cocaína, porque en muchas ocasiones ni siquiera llega al ámbito cultural o a la esfera de quien consume esa droga.

Además precisó en que si la cocaína sale de nuestro país se caen las principales televisoras, la política, el sector empresarial, y es responsabilidad de cada individuo consumir lo que quiera, es su derecho, siempre que no dañe a otras personas.

Y respecto al tema de los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa, en Guerrero desde hace más de un mes, opinó “han muerto más de 150 mil personas que no tienen rostro ni corazón, y ahora se sacrifican a 43 estudiantes y la gente está consternada, mañana se les olvidará como siempre, debe haber cambios pero en cada persona, con la familia, el trabajo, la sociedad”.

Las respuesta incomodó no sólo al señor que lanzó la pregunta sino a todas las personas asistentes, al grado de una corta discusión que terminó con la salida abrupta del autor entre gritos de ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!

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