Elisa Ruiz Hernández

OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- Para el magistrado y poeta José Luis Reyes Hernández,  2015 será recordado como el año en que por primera vez se escuchó una lengua indígena en un acto oficial del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca.

“Fue como exorcizar la ausencia de las lenguas indígenas en una ceremonia oficial del Tribunal”, recuerda el integrante el Consejo de la Judicatura  del Poder Judicial estatal.

Ocurrió en octubre, cuando en un emotivo mensaje en lengua zapoteca de la Sierra Norte, y luego en español, el juez del Juzgado Itinerante en auxilio temporal del Juzgado Quinto Familiar del distrito judicial del Centro, Noé Gómez Ríos, expresó su orgullo por representar a la población indígena y formar parte del más alto tribunal de justicia en el estado.

El juez originario de San Bartolomé Zoogocho, Villa Alta, recibió el Premio al Mérito Judicial, y al final de su intervención se llevó una ovación muy cerrada, comenta Reyes Hernández con una sonrisa de satisfacción.

 

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“Para mí este año marcó un antes y un después respecto a la situación que guarda el Poder Judicial con relación a las lenguas indígenas”, sostiene en momentos en que Oaxaca se prepara para arrancar en 2016 la aplicación de los juicios orales en la mayor parte de sus regiones.

“No puedes juzgar a una persona sin conocerla, tienes que entender su cultura, y ahí juega un papel importante la lengua. También es necesario conocer las normas de su comunidad, en algunos casos ancestrales”, reflexiona el magistrado quien a su vez, se puso a estudiar y aprender la lengua de sus ancestros.

“Estoy tomando un curso de zapoteco. Me siento bien recuperando parte de mi infancia y de mí como ser humano. El zapoteco es la lengua de mis abuelos que eran de Jaltianguis, en la Sierra Norte. Estoy aprendiendo la variante de Teotitlán del Valle que es muy parecida a la que hablaba mi abuela”, externa nostálgico

Al evaluar el trabajo desarrollado este año por el Tribunal Superior de Justicia en materia de pluralismo jurídico, José Luis Reyes Hernández reconoce que ha habido una gran apertura por parte de su titular, el magistrado presidente Alfredo Rodrigo Lagunas Rivera, para alcanzar varios logros en colaboración con el Centro Profesional Indígena de Asesoría, Defensa y Traducción (Cepiadet AC).

“Hicimos un acuerdo con Cepiadet para contar con el mayor número posible de traductores de lenguas originarias. Este esfuerzo ha sido reconocido como una buena práctica que debe reproducirse a nivel nacional, porque así avanzamos en el reconocimiento de los derechos lingüísticos”, expresa.

Cepiadet es una asociación civil única en el país, compuesta por personas indígenas, que coadyuva en prestar el servicio de interpretación; señala las deficiencias del sistema de justicia e incide en la modificación de  políticas públicas para atender una realidad multicultural.

José Luis Reyes Hernández adelanta que ya se está trabajando también de manera conjunta en una plataforma digital para contar con un amplio “menú” de intérpretes no solo de lenguas de Oaxaca sino de otros estados, en virtud de la migración, por ejemplo, de indígenas provenientes de Chiapas.

“Se trabajó en 2015 con Cepiadet en la formación de magistrados y jueces del poder judicial del estado en temas de pluralismo jurídico y diversidad lingüística, y se trazó una ruta para 2016 para fortalecernos como juzgadores contando con traductores profesionales, pero el gran problema sigue siendo la falta de recursos para el pago de estos servicios”, advierte.

Al momento, precisa, el Tribunal cuenta con 22 peritos en lenguas mixe, huave, triqui, chinanteco, chatino, mixteco, zapoteco en siete variantes, amuzgo, tacuate y mazateco, además de lenguaje de señas mexicanas (para sordos) e inglés.

Lo ideal, sostiene, sería que quien juzgue hable la lengua de la persona a la que juzga, que no hubiera necesidad de intermediario, pero para eso aún falta un trecho, admite.

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