Mientras en Oaxaca las instituciones culturales apenas comienzan a reabrir sus puertas (las que pueden, porque los importantes museos de Santo Domingo y de Arte Contemporáneo de Oaxaca permanecen lamentablemente cerrados), en la ciudad de Córdoba la Casa de la Cultura “Jorge Cuesta” se mantiene en funcionamiento de manera empeñosa, y en noviembre comenzó una serie de festejos por los 40 años que dicha institución lleva laborando.

A diferencia de otras instituciones de este tipo, la Casa de la Cultura de Córdoba es una entidad con carácter autónomo que funciona en un edificio donado por un ciudadano, y que el ayuntamiento local encarga a un patronato, el cual fomenta las actividades del espacio.

Su director, Alberto Ochoa Domínguez, y un esforzado equipo de jóvenes colaboradoras y colaboradores, preparó un programa muy atractivo de presentaciones artísticas y literarias. Comenzaron el 9 de noviembre y concluirán el 5 de diciembre en las instalaciones de esta institución, ubicada frente a la plaza principal de Córdoba.

Como parte de sus actividades, la Casa de la Cultura de Córdoba invitó a un grupo de artistas visuales y autores de Oaxaca para realizar un intercambio cultural en el marco de los festejos por los 40 años de la institución.

A la invitación respondieron el decano maestro Shinzaburo Takeda, las artistas visuales Rocío Figueroa Barraza y Gilda Genís García, así como los autores Manuel Matus Manzo, Sol Rosales y quien esto firma.

Takeda acudió antes que los demás invitados a impartir un curso de xilografía (grabado en placas de madera), del 25 al 28 de noviembre, en el taller de la Casa de la Cultura de Córdoba. Con las obras producidas, Takeda elaboró dos cuadros sobre lienzo a los que aplicó los grabados en papel de quienes participaron en el curso. Logró dos interesantes obras que donó al acervo de la institución veracruzana.

El 26 de noviembre, las pintoras Rocío Figueroa y Gilda Genís, integrantes del Colectivo Mujeres Artistas Creando Movimiento (MacMo), presentaron la conferencia «El rol de la mujer en el arte contemporáneo», en la galería “Eugenio Luna” de la Casa de la Cultura cordobesa. Ambas ponentes expusieron una investigación sobre la creciente participación de colectivos de mujeres artistas que han logrado abrir espacios en Oaxaca para la exhibición de arte creado por ellas. Tema que debiera ser señalado, en Oaxaca las instituciones aún presentan muchas resistencias para exhibir obras de mujeres artistas, y los grupos de creadoras han trabajado mucho para lograr que se les otorguen espacios, sobrellevando discriminaciones y negativas arbitrarias. El caso más reciente del que se tuvo noticia ocurrió en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, donde dos exposiciones de mujeres artistas fueron abruptamente canceladas a raíz de los problemas que ponen en riesgo de extinción a ese museo.

Inmediatamente después de la conferencia sobre las mujeres en el arte, la autora Sol Rosales presentó su libro Fénix. Poemas ilustrados, acompañando esta actividad con una breve muestra de la gráfica de Takeda y otros artistas que colaboraron en la publicación.

Al día siguiente, el 27 de noviembre, Manuel Matus Manzo y Jorge Pech Casanova presentaron en la galería “Eugenio Luna” la conferencia «Andrés Henestrosa y Jorge Cuesta: el lenguaje como patrimonio e identidad». Los autores examinaron el efecto cultural discriminatorio hacia las lenguas indígenas de México y su literatura, que prevaleció como resultado de las políticas educativas en la década de 1920, y que generaron polémicas seguidas por los diarios capitalinos, en las cuales participaron, entre otros, el poeta y ensayista Cuesta y el narrador Henestrosa. Ambos ponentes concluyeron que si bien Cuesta tuvo razón al impugnar el localismo de cierta literatura mexicana, la generación a la que influyó con sus llamados a asimilar la cultura europea llevó esa posición al extremo de negar la existencia de la literatura en lenguas indígenas, lo cual determinó durante décadas políticas públicas altamente discriminatorias contra la expresión literaria de los pueblos indígenas en México.

A continuación, el conocido pianista cordobés Édgar Dorantes ofreció un espléndido concierto con obras de Chopin, Debussy, Gershwin, Ernesto Lecuona, Mario Ruiz Armengol y obras propias y de su hijo. La brillante, poderosa ejecución de este pianista, arreglista y compositor veracruzano cautivó a los asistentes al concierto.

Para cerrar el intercambio cultural con Oaxaca, la Casa de la Cultura de Córdoba “Jorge Cuesta” inauguró el 28 de noviembre las exposiciones de pintura y gráfica «Guelaguetza», de Shinzaburo Takeda, con 18 obras del maestro, y «Alumnos destacados de Takeda», con 30 obras de reconocidas y reconocidos artistas que estudiaron en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, y quienes fueron impulsados por las enseñanzas del pintor nacido en Japón en 1935 y radicado en México desde 1968. Un grupo de arpas y cantantes contribuyó a celebrar la apertura de estas exhibiciones.

Las exposiciones permanecerán hasta diciembre del presente año en la Sala “Hermilo Novelo” y la Galería “Eugenio Luna” de la Casa de la Cultura de Córdoba. La inauguración fue un gran acontecimiento, con la presencia de integrantes de la Asociación Civil de la Casa de la Cultura de Córdoba Jorge Cuesta, el decano promotor cultural y fundador, el maestro Raúl Tovar Hernández, el director de la institución, Alberto Ochoa Domínguez, y en representación del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC), Sergio Rosette Xotlanihua, entre otros. Hubo una gran concurrencia en esta inauguración, a pesar de que unas horas antes la avenida principal de Córdoba se volvió intransitable por el gentío que acudió al desfile navideño organizado por el ayuntamiento local, sin ninguna medida para preservar la sana distancia pese a la pandemia.

Pero los miles de asistentes al desfile poco a poco se retiraron y así fue posible que la Casa de la Cultura de Córdoba “Jorge Cuesta” presentará a su público las dos muestras de arte visual procedente de Oaxaca.

Para artistas y autores participantes en estas actividades fue una posibilidad de confirmar que con voluntad y empeño, más un buen apoyo de la comunidad, las instituciones culturales pueden reactivarse a pesar de la pandemia.

El ejemplo de Córdoba, cuyas instituciones culturales están en funcionamiento desde hace meses, debiera ser seguido en una ciudad como la capital oaxaqueña, cuyas instancias de arte y cultura han sido sumamente afectadas por la inactividad forzosa. Duele observar que en una pequeña ciudad veracruzana el arte de Oaxaca recibe difusión y promoción, mientras que los espacios oaxaqueños se mantienen inaccesibles y algunos de enorme relevancia, como el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, parecen estar en riesgo de extinguirse. La comunidad de Oaxaca puede y debe apoyar a sus instituciones culturales para que el arte vuelva a ser disfrutado por el pueblo que le da origen.

Por ello, es de reconocer el apoyo que la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, mediante su Coordinación de Difusión de Arte y Derechos Humanos, facilitó para poder llevar a cabo este intercambio con la Casa de la Cultura de Córdoba, así como el apoyo y trabajo del artista visual Alberto Aragón Reyes y los promotores de Arte Alilí López Ortiz e Hildebrando González Gómez, quienes contribuyeron para trasladar y coordinar al grupo de artistas y autores que participaron en las actividades en Córdoba.

Escritor, promotor de arte y cronista aficionado de absurdos sociales.