#28S | Feministas van por cobertura estatal y despenalización social del aborto en Oaxaca

La marea verde continúa, la despenalización del aborto que se dio en 2019 por la vía legislativa en Oaxaca ya no es suficiente porque, a pesar de que en el papel las leyes protegen, en la práctica todavía hay barreras que impiden a las mujeres acceder a ese derecho, entre ellas, la marginación. falta de cobertura en las regiones y la voluntad de los servidores públicos

*Aunque lentamente  se ha ido avanzado en la despenalización en el país, los nueve estados donde el aborto se despenalizó siguen teniendo en común el señalamiento , la estigmatización, la violencia física y verbal contra quienes deciden abortar, a esto se llama penalización social

Por Rocío Flores 

Ese día 25 de septiembre de 2019  hubo celebración, llanto, emoción. Cientos de mujeres llegaron al Congreso local donde se resolvería el reconocimiento al derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y su vida. Todas fueron protagonistas de un hecho que varias generaciones esperaban desde hace tiempo.

Andrea es una de ellas, tiene 37 años. Hace 20, cuando aún no se despenalizaba el aborto, decidió interrumpir su embarazo. “Lo hice con mucho miedo, las amigas que me acompañaron también tenian miedo, porque además del riesgo de vida, había  la posibilidad que me metieran a la cárcel por cometer un aborto, en ese entonces  todo era más clandestino y costaba más”.

Ahora es más accesible. Las mujeres son más libres. Pero en la decisión de interrumpir un embarazo aún pesa la moral y la idea  de maternidad que está instalada en la mayoría de las mujeres, dice. Aunque, aclara, esa idea es cultural.

“Antes, además de la prohibición y la moral, había clandestinidad. Ahora ya se despenalizó, eso es un  gran avance, pero aún falta que los médicos se sensibilicen, que los hospitales cuenten con las condiciones, que sea accesible, fácil, en tiempo y forma y sobre todo que se reconozca como una alternativa de vida”. 

En eso coincide Ixchel, una psicóloga que desde hace cinco años acompaña casos de interrupción de embarazos desde la colectiva Las Consejeras Oaxaca.

Desde su experiencia, considera que a partir de la despenalización de aborto, el mayor reto ha sido que los Servicios de Salud de oaxaca (SSO) accedan a dar el servicio, por eso como colectiva han buscado estrategias para lograr la atención adecuada de las mujeres que deciden interrumpir su embarazo.

“En vez del reclamo confrontativo, optamos por una exigencia que plantee acuerdos. Además de monitorear el trabajo de las instituciones. Es como una negociación con los SSO, así más o menos hemos logrado acuerdos con personas que toman las decisiones para que se dé servicio”,  platica.

Sin embargo, advierte que existen aún inconvenientes. Por ejemplo, menciona, que  como no se considera una emergencia en los hospitales, no las atienden inmediatamente. Además, aunque el personal de salud de primer nivel ha recibido capacitación para hacer la interrupción con medicamentos,  tampoco lo llevan a cabo, argumentando la objeción de conciencia.

“Se han abierto algunas puertas. Pero no se está accediendo de la manera como quisiéramos,  por eso considero importante el trabajo en conjunto”.

Ixchel explica que han pedido a los SSO el directorio de dónde practican la Interrupción legal del Embarazo (ILE),  pero no lo han hecho, obviamente tampoco es público. “Sabemos de los lugares, porque nos vamos pasando la voz”.  

Persiste desinformación

Laura Andrade, subdirectora de Comunicación Ipas México, organización que impulsa el derecho reproductivo de las mujeres y apoya el proceso de implementación en Oaxaca, afirma que existen cuatro hospitales: Sola de Vega,  Hospital General de Pinotepa, Hospital Civil y el Hospital de San Pedro Tapanatepec; tres centros de salud: Oaxaca de Juárez, San Jacinto Amilpas y Tlalixtac y una clínica ubicada en Santa Rosa Panzacola que ofrecen el servicio.

Sin embargo los Servicios de Salud solo reportan dos: el Hospital Civil y la Clínica de la Mujer; además indican que la Clínica de la Mujer ha recibido el mayor número de casos de ILE. De septiembre de 2019 a agosto de 2022 contabilizan 258 casos.

.Aún no hay información pertinente y adecuada sobre la atención», dice Ixchel.

«Lamentamos que no exista información, y que las autoridades de Salud no cuenten con un programa integral para dar cobertura a toda la entidad», dijo recientemente la diputada local Liseth Arroyo, quien propuso ante el Pleno un exhorto para que la autoridad atienda este tema de Salud Pública, pues según investigaciones del Centro de Estudios de las Mujeres y Paridad de Género del Congreso, por cada aborto, existen cuatro no registrados, lo que equivale a una cifra aproximada de 9 mil 200 casos clandestinos anuales.

Laura Andrade reconoce que, de acuerdo a un estudio de Opinión Pública realizado por Ipas, existe un alto nivel de desconocimiento sobre el tema a pesar de los tres años de la despenalización.

Por otro lado, cuenta, hay información que está asociada con mitos: la gente piensa que el procedimiento es inseguro, qué se pueden morir y esto no es verdad.

El reto: la despenalización social

No es un tema público, dice Ixchel, en teoría entra en su componente de servicios amigables, es abierto, pero no usan la palabra aborto, hay resistencia dentro de las misma instituciones porque hay muchos servidores públicos que anteponen su postura ideológica y religiosa. “Es legal pero sigue siendo estigmatizado, incluso se sigue haciendo en la clandestinidad para evitar agresiones contra las mujeres que acompañan y contra las mismas que deciden abortar”, resume.

Por eso, dice, un gran reto es cambiar el esquema mental de las personas, eliminar el estigma. “Hablábamos de  que ya está la despenalización a nivel de código penal, ahora hablemos de la despenalización social”.

Un logro de las feministas

El avance legislativo en  Oaxaca en cuanto al derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo sigue marcando precedentes, no solo en el contexto local sino también a nivel nacional. Pero las colectivas, organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres y feministas autónomas tienen la claridad de seguir en la defensa de los derechos que no están completamente garantizados. Lo siguiente, coinciden, es exigir una atención integral, medicamentos, estructura hospitalaria y evitar la penalización social.

“No queremos dejar de mirar el avance legislativo como un triunfo  de los movimientos feministas  y de mujeres, llegar a eso fue gracias a muchos años de articulación e incidencia y la lucha en las calles y además de todo el proceso de formación y de difusión que se hacen por los derechos, pero que en efecto tenemos un trecho muy largo por caminar”, comenta Elizabeth Mosqueda Yuqui coordinadora del Programa jóvenes y derechos humanos  de Consorcio Oaxaca

Como parte de una organización feminista considera que sigue pendiente que las personas tengan un trato y condiciones dignas. Que el Estado contemple la geografía de la entidad para que, quienes decidan hacerlo, que no tengan que trasladarse a la capital o a clínicas particulares, pues la condición económica es una limitante más. 

“No solo queremos legalidad, queremos que quienes lo decidan no sean estigmatizadas, que sea seguro, digno, gratuito y que sea expedito, inmediato, porque muchas veces les da largas y se pasan las 12 semanas por las que legalmente se puede hacer la interrupción.

Elizabeth Mosqueda indica que además de la exigencia de presupuesto y protocolo para practicar las interrupciones, a la par es necesario evitar el estigma social. Aunque, agrega, van muy vinculados porque en el cumplimiento de las exigencias al Estado, se refuerza ese mensaje a la sociedad (de no estigmatizar), permite la sensibilización y con la ello podemos hacer una exigencia más puntual.

Una decisión de vida

La gente cree que es una decisión fácil, pero que esté despenalizado no quiere decir que sea así, dice Andrea. Es cierto, ahora quizá es más abierto que antes, hay menos miedo, sabemos que es un derecho, pero sigue pesando porque no solo está de por medio el cuerpo sino también el futuro de cada una de las mujeres que deciden hacerlo.

“Ya se despenalizó, pero eso no significa que esté garantizado. No hay médicos ni clínicas suficientes. Hay mucho que trabajar, incluso con los médicos porque siguen teniendo su sesgo machista y patriarcal. Estoy segura que muchos no lo quieren hacer por una cuestión moral. Otros, también hay que decirlo, porque  se quedaron sin el dinero que les daba la clandestinidad.

A distancia, Andrea reafirma la determinación de hace 20 años. “Nunca tuve duda ni culpa porque siempre estuve convencida de que no quería tener hijos. Me sentí más libre y aliviada y con una segunda oportunidad de vida que aproveché. Para mí fue una de las mejores decisiones que tomé. La maternidad no es un destino, hay mujeres que deciden no ser madres, por las razones que sean,  y son felices, así como hay quienes deciden tener hijas o hijos y lo son, otras que no. La libertad y la  felicidad no depende de  eso, es una decisión de vida”, concluye.

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